Los resultados de la longevidad demostraron que el promedio de vida de aquellos que no sonreían es de 72.9 años. Los que sonríen parcialmente viven 75 años y los que presentaron una sonrisa plena llegan a vivir 79.9 años. Al considerar otras variables como estado civil, año de nacimiento e índice de masa corporal, no se afectaron estos resultados de la relación sonrisa-longevidad.
Sonja Lyubomirsky, investigadora de la felicidad y autora de The How of Happiness (Cómo ser feliz), concuerda con este estudio. Afirma que la sonrisa puede reflejar felicidad, optimismo o elasticidad, por lo que es muy probable que la sonrisa sea un indicador del estado de ánimo de los jugadores, lo cual se desencadena en su estilo de vida y, por lo tanto, en la prolongación de ésta.